Liderazgo

Las personas dotadas de liderazgo gozan de unos atributos y virtudes que conforman un perfil diferenciador respecto a los propios empresarios o ejecutivos que encabezan una organización.

El liderazgo que hoy en día se exige en las organizaciones es bastante complejo pero no difícil de ahondar en él.

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Particularidades personales necesarias

Para conseguir un verdadero liderazgo efectivo, es necesario una serie de factores para crear la estrategia y la visión así como llegar a crear un vínculo con los trabajadores de motivación de trabajo en equipo. Sin embargo, actualmente, el liderazgo no está exento de complejidad.

Para crear un programa estratégico inteligente debemos contar con suficientes conocimientos sobre productos, mercados, tecnología, etc. Sin estos conocimientos previos es más complicado conseguir una buena visión o estrategia. Además, es necesario contar con una mente privilegiada, perspicaz y analítica para reunir toda la información que se requiriese en un programa conjunto correcto.

Pero no solo esto. Para alcanzar la estrategia prevista es importante también que el líder reúna estos condicionantes:

  • Un currículum brillante y buena reputación.
  • Relaciones consistentes con trabajadores del sector al que se trabaja.
  • Honradez y honestidad para entablar relaciones con un gran número de personas de un modo efectivo. Sensibilización.
  • Agudeza mental, capacidades intelectuales, económicas.
  • Motivación.

El líder debe ser una persona con un carisma arrollador capaz de hacer frente a las situaciones con una resolución ingeniosa, motivar a un equipo de empleados para que hagan como propio el trabajo y contar con una perspicacia especial para visualizar y adaptar las distintas personalidades que conforman los grupos de trabajo.

Asimismo, es importante que los líderes dentro de la gerencia o alta dirección derrochen toda su energía a trabajar por y para la ejecución de la estrategia en vez de emplear su tiempo en otros menesteres menos importantes. Es imprescindible contar con una persona que tenga gran confianza en sí misma y sea capaz de utilizar su poder de convicción para lograr cosas por medio de otras.

Es cierto que, actualmente, conseguir un liderazgo efectivo supone reunir varios factores a favor del líder además de una personalidad diferenciadora y valiosa.

Incluso en aquellos puestos de trabajo más modestos, se requiere la misma exigencia de liderazgo de modo que se entienda el contexto en el que se trabaja, se potencien las relaciones con las demás capas de empleados y se perfilen actitudes de honestidad y ganas de alcanzar la meta.

Es cierto que hay contadas personas que cumplan con todas estas características ya que, en ocasiones, se ven limitados por ciertas capacidades y experiencias profesionales, limitaciones que obstaculizan sus esfuerzos de ejecución de estrategias y focalización de visión de futuro, además de conseguir la colaboración y motivación suficientes.

[Tweet “El líder debe afrontar las situaciones de un modo ingenioso”]

Diferencias entre líder y alta dirección

Una dirección efectiva supone contar con un gerente que cuente con un importante nivel de conocimientos de todas las disciplinas que conforman la gestión de las empresas (organización, elaboración de presupuesto o gestión de personal). A diferencia del liderazgo, no es necesario que disponga de sobrados conocimientos de la situación administrada.

Las diferencias entre líder y alta dirección son las siguientes:

  • La alta dirección camina junto a la responsabilidad. Cualquier persona podría ocupar un puesto de dirección sin tener ningún tipo de vinculación con la organización ni con el sector. El líder, por su parte, mantiene una estrecha relación a fin de sentirse vinculado con todas las necesidades de la empresa, empleados, clientes, proveedores, etc.
  • El gerente puede desempeñar perfectamente su puesto sin contar con la reputación y destacado historial del que destaca el líder. Para los líderes los antecedentes profesionales son fundamentales para contar con la credibilidad suficiente.
  • Los líderes cuentan con unas dotes y habilidades personales que no se les exigen a aquellas personas que ocupan un puesto de dirección (valores de capacidad y habilidad)
  • La energía que deben emplear tanto los directores como líderes debe ser casi parecida pero la motivación que la genera es distinta para un líder que lo vincula a la honestidad mientras que para el administrador de empresas podría tratarse de la necesidad de controlar todas las cosas.

El origen de un líder

Está claro que para encarnar la figura de líder es necesario tener unos orígenes innatos que solo ellos tienen. Sólo atributos y características puntuales de liderazgo parecen nacer con el futuro líder (capacidad personal y mental, potencial físico para desarrollar el nivel de energía que necesita el liderazgo e, incluso, habilidad intelectual). Pero es cierto también que el desarrollo profesional de cada uno y los factores que les rodea, también les aporta suficientes cualidades para convertirse en verdaderos líderes.

Durante el crecimiento y evolución humana, las personas, en este caso, los líderes van adquiriendo a lo largo de las etapas de la vida una serie de capacidades que los faculta para aportar un liderazgo efectivo.

Desde el nacimiento, pasando por la primera infancia, educación formal y experiencia profesional, los líderes van sumando habilidades que les aportan cualidades muy valiosas como son la motivación, valores personales, reputación, relaciones dentro de la empresa, etc.

Ejemplo de liderazgo efectivo

Este nombre irreal sirve para explicar la situación de una persona que ha desarrollado un liderazgo efectivo en una organización compleja.

Todas aquellas personas que han oído hablar de David Conolly coinciden en que era un hombre bastante joven ya que solo tenía 35 años y que contaba con suficientes dotes de liderazgo para conseguir capitanear una organización y relanzarla. Estableció una perfecta estrategia que materializaba la visión de un modo formidable, incluía el consenso común de los empleados para desarrollar tanto el concepto como la estrategia y la motivación de un equipo de dirección.

Muchos pensaron que tenía un gran talento para los negocios, otros lo achacaban a su cercana relación con el presidente de la compañía y otros, incluso, por su habilidad e inteligencia.

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Lo que es cierto es que David supo aprender de todos sus superiores que les aportaron enriquecedores conocimientos y capacidades para ocupar los puestos de alto rango que llegó a alcanzar. Su personalidad se nutrió de todas aquellas personas que conformaban cada una de las empresas en las que trabajó y consiguió configurar un perfil de liderazgo en los posteriores empleos.

Hizo uso de todas sus cualidades para ganarse la confianza de los empleados, inyectarles todo el ánimo para trabajar en la mejora de la estrategia empresarial y utilizó todos sus conocimientos para desarrollar una fabulosa gestión del cambio.