Balanced Scorecard

El modelo Balanced Scorecard (BSC), también conocido como Cuadro de Mando Integral (CMI), se define como un modelo de gestión estratégica que hace posible que las empresas tengan una visión general, conjunta e interrelacionada de todos los objetivos de las mismas.

Este modelo se apoya sobre una serie de indicadores que permiten relacionar los objetivos de la empresa con planes de acción concretos.

Un Cuadro de Mando Integral es una herramienta de control empresarial enfocada a la monitorización de los objetivos de la organización y de las diferentes áreas de negocio mediante indicadores.

En definitiva es un sistema de gestión muy amplio e influyente en la implantación de la estrategia global de la organización.

Un Cuadro de Mando Integral se puede dividir en seis etapas:

  1. Crear una estrategia empresarial consistente y clara, así como comunicarla a la organización de la empresa.
  2. Precisar los objetivos estratégicos y operacionales mediante la selección de indicadores representativos y eficaces.
  3. Coordinar los diversos objetivos de cada una de las unidades organizacionales de la empresa.
  4. Asociar esos objetivos a acciones específicas.
  5. Identificar y coordinar iniciativas estratégicas para poder ejecutar tales acciones.
  6. Sistematizar y medir las acciones ejecutadas, a la vez que se proponen acciones correctivas.

Cómo implantar un Cuadro de Mando Integral

El Cuadro de Mando Integral debe implantarse a todos los niveles de la organización. Si no se hace así el verdadero potencial de esta herramienta de gestión no se aprovechará de forma correcta porque se limitará solo a actuar en unas determinadas áreas o responsables.

Esta es la parte más importante del proceso.

Una segunda parte es la elección de los responsables de cada área de actuación según el rol asignado.

Una vez que ambas partes están listas se puede comenzar con la hoja de ruta de la implantación del Cuadro de Mando Integral, la cual consta de las siguientes etapas:

  • Análisis estratégico de la empresa. En él se establece un punto de partida o situación actual de la empresa abarcando todos los niveles: situación financiera, estado en el mercado, de la competencia, tipo de procesos, contexto…
  • Análisis de las necesidades de la organización, como puede ser el crecimiento, la mejora de la productividad, la optimización de procesos…
  • Señalización de las variables críticas en cada área funcional.
  • Definición de las medidas necesarias a tomar y los medios de control, sin olvidar sus indicadores correspondientes.
  • Configuración del Cuadro de Mando Integral en función de las necesidades de la organización y de la información obtenida. En este cuadro no deben faltar: objetivos estratégicos, indicadores, acciones a ejecutar y asignación de responsabilidades.

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Ventajas del CMI

El CMI permite alcanzar una visión global y completa de la gestión estratégica de la empresa, lo que permite identificar los objetivos e interrelacionarlos con los intereses generales de la organización. Esta es la principal ventaja de un Cuadro de Mando Integral e incluso constituye un elemento diferencial respecto a otros modelos de gestión.

La visión global de la que hablamos, afecta a los indicadores utilizados. Estos indicadores van más allá de aspectos cuantitativos o tangibles, valoran también aspectos relevantes a medio y largo plazo como la satisfacción de los clientes, el bienestar de los empleados o la gestión ambiental.

Todo esto aporta la consecución de unos beneficios a las organizaciones que se pueden resumir en:

  • Relacionar los objetivos de las diferentes áreas de la empresa y aliñarlos con la estrategia de la misma. Puede enfocarse en la dirección deseada.
  • Clarificar la estrategia de la organización y concretarla más. Solo así pasa de una simple declaración de intenciones a la definición de objetivos concretos, ligados a determinadas acciones diseñadas para lograrlos.
  • Planificar y definir objetivos realistas, debido a que estos se basan en la medición de una serie de indicadores y/o factores de influencia.
  • Facilita todo el proceso de definición de actuaciones o acciones a ejecutar, simplificando además la implementación.
  • Adquirir una visión de la organización desde diferentes perspectivas: cliente, procesos, innovación, financiera…
  • Fomentar el feedback, la comunicación interna y el aprendizaje. El Cuadro de Mando Integral permite fundar iniciativas, dar y recibir feedback y adquirir conocimientos sobre el funcionamiento de la organización y el nivel de cumplimiento en relación al plan estratégico previsto.
  • Mejora la inmediatez y flexibilidad. El modelo Balanced Scorecard se caracteriza por su dinamismo y medición sistematizada y constante de indicadores. Esto permite saber si se están cumpliendo los objetivos previstos o no. En caso negativo se deberán poner en marcha acciones correctivas rápidamente.
  • Fomenta la responsabilidad global e individual de la totalidad de los miembros de la organización. Gana en coherencia interna, en lo relativo a la estrategia global corporativa, competencias, responsabilidades y funciones de cada trabajador.

El modelo Balanced Scorecard o Cuadro de Mando Integral es una herramienta muy eficaz para el saneamiento de estrategias organizacionales, orientada y alienada a unos objetivos definidos y planificados. Por tanto la implantación de un CMI aporta un valor añadido en la organización, ligado a la visión global, integral y cohesionada que este sistema proporciona.

BSC o CMI es el modelo de gestión que se encuentra más en consonancia con la economía globalizada, sensible e influenciada por los cambios económicos y otros factores externos. Del mismo modo, gracias a sus múltiples perspectivas, es muy útil para dar soluciones globales a las empresas en su totalidad.

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