Liderazgo

El liderazgo que tienen que afrontar los directivos actualmente difiere del liderazgo que ejercían años anteriores. La situación ha cambiado, y si las organizaciones quieren seguir presentes deben hacerlo también e incluir prácticas como la gestión del cambio, modificar su estrategia y su visión de liderazgo.

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Cambios en el medio ambiente empresarial

La palabra liderazgo y el significado que conlleva siempre ha sido un aspecto muy importante en la vida del ser humano. Sin embargo, localizar la figura de un líder para ocupar puestos de dirección ha tenido bastantes dificultades. Las razones han sido dos cambios importantes producidos en el mundo empresarial.

El primero de ellos, un giro reciente y grandioso que se traduce en el característico incremento de la llamada “intensidad competitiva”. La invasión de empresas extranjeras en los mercados nacionales, la extinción de ciertas reglas legales o la aparición de nuevas tecnologías ha provocado que numerosas empresas tengan que re-posicionarse de nuevo en el negocio por la presencia de nueva competencia. Aquellas empresas que habían llegado a su madurez se ven obligadas a eliminar competidores para evitar verse estancadas.

Asimismo, dichas organizaciones se están viendo forzadas a centrarse en los cambios de preferencias de los consumidores, en las nuevas tecnologías y en la innovación de sus productos y servicios. Es decir, adaptar la estrategia establecida a las modificaciones producidas por esa competencia y, por consiguiente, en las exigencias de los usuarios.

Empresas del automovilismo, productos electrónicos del hogar o del acero han tenido que realizar destacadas reestructuraciones estratégicas.

El segundo cambio ha sido la creciente necesidad de liderazgo eficiente. Muchas organizaciones de todo el mundo siguen necesitando de una figura o figuras de gerentes o altos directivos que les ayuden a hacer frente al conflicto económico establecido por el continuado crecimiento de la intensidad competitiva.

Muchos directivos han llegado a afirmar que hace treinta años era más fácil ser directivo que hoy en día debido a la gran competencia instaurada. Ahora hace falta más y mejores líderes que tengan una amplia visión estratégica y de negocio al tiempo que tengan una gran confianza en sí mismos. Gracias a estas personas muchas organizaciones no se verán estancadas y podrán seguir prosperando.

[Tweet «No hay directivos ni líderes sin gestión del cambio»]

Antiguamente, cada empleado, después de las reuniones semanales con sus responsables, trabajaba en base a una planificación establecida y unos costes predeterminados. Ahora, sin embargo, los directivos, a esos mismos empleados les están pidiendo los mismos o mejores resultados reduciendo considerablemente los costes, introduciendo tecnologías que originen economías en productividad, nuevos métodos de comercialización, de producción o estrategias financieras y que pongan en práctica ideas innovadoras.

Esta situación de un mercado cambiante está exigiendo igualmente que los directivos acepten una nueva forma de hacer las cosas, con técnicas y actitudes diferentes que en épocas de bonanza. Trabajar en ese nuevo ambiente, además de conocimientos de gestión empresarial, exige liderazgo.

Cada vez tenemos más claro que la necesidad de una figura de liderazgo no se refiere solamente a la alta dirección. Las organizaciones se han dado cuenta de que, incluso, las áreas inferiores necesitan adoptar el papel de líderes en sus respectivos puestos de trabajo.

Dicha competencia está provocando que se eliminen los distintos niveles jerárquicos en una empresa y haya empleados que se presten a realizar sobre-esfuerzos si se dieran casos de falta de liderazgo en mandos intermedios.

 

La creciente dificultad de proporcionar un liderazgo eficiente

Este incremento de la dificultad de proporcionar un liderazgo eficiente se ha debido a factores como el crecimiento, la expansión universal, la diversificación y el desarrollo de la tecnología que han originado que los comercios aumenten su complejidad.

Los retos del liderazgo frente a la intensidad competitiva (disminución de los costes, aumento de la productividad, mantener una gran calidad del producto, mejorar el servicio al cliente y conseguir desarrollar nuevos productos con eficacia), son complicados ya que conlleva a replantearse cambios en la estrategia. Y esos cambios producen incertidumbre y resistencia a desarrollarlos en situaciones complicadas.

Hay medios en los que la competencia es limitada por la normativa vigente y es ahí donde los casos de liderazgo no tienen mayor importancia. Sin embargo, en aquellos medios donde la competencia es intensa, en el que la aptitud para controlar y llevar a la práctica cambios innovadores y para alcanzar un rendimiento superior es clave para los resultados de la organización, la capacidad de la alta dirección para otorgar liderazgo adquiere un significado totalmente diferente.

Ambos cambios en el medio ambiente de los negocios (la creciente intensidad competitiva y la creciente complejidad de las empresas) son importantes por sí solos. El primero de ellos ha supuesto el aumento de figuras líderes en más puestos de trabajo mientras que el segundo ha originado que los retos a los que se expone el liderazgo sean cada vez más difíciles. Aunque lo verdaderamente preocupante es el efecto resultante de estos dos cambios.

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En el futuro, continuaremos visualizando un mundo de los negocios que será totalmente diferente a los años anteriores, con una intensa actividad competitiva entre organizaciones muy complejas. Los mejores directivos no serán tan eficaces como hasta ahora si no han sido capaz de asumir su papel de liderazgo. En definitiva, el liderazgo en la gerencia irá ganando terreno no solo para triunfar y progresar sino para subsistir.

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