La auditoría basada en riesgos es una metodología de para evaluar de forma estratégica los sistemas de gestión. A diferencia de las auditorías tradicionales, este enfoque prioriza los procesos y las áreas donde existe mayor probabilidad de encontrar riesgos. Por ello, resulta fundamental contar con profesionales que cuenten con una formación especializada, capaces de aplicar esta metodología con eficacia y de interpretar sus hallazgos.

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En una auditoría tradicional, todos los procesos reciben la misma atención, lo que puede dar la falsa sensación de que es más difícil pasar por alto ningún problema. En la práctica, esto significa no prestar suficiente atención a los puntos críticos en los que se gestan los riesgos.

La auditoría basada en riesgos concentra la búsqueda de problemas allí donde existe mayor probabilidad de encontrar incidentes. Con este enfoque se optimiza la capacidad de detección y prevención.

¿Qué es la auditoría basada en riesgos?

Las auditorías en sistemas de gestión son el punto de articulación entre el final de un ciclo y el inicio del siguiente. La auditoría promueve e impulsa la mejora continua y sus resultados proporcionan evidencia de esa mejora.

La auditoría basada en riesgos sustituye la tradicional lista de verificación por un enfoque que prioriza áreas críticas y procesos clave. Se alinea con el pensamiento basado en el riesgo promovido por los estándares ISO. Así la auditoría y el pensamiento se integran para generar un análisis de riesgos estratégico, y no solo una comprobación del cumplimiento.

Diferencias entre la auditoría basada en riesgos y la auditoría tradicional

La primera y más relevante diferencia está en la importancia que se concede a los procesos según el enfoque. En la auditoría basada en riesgos se valora la atención y se prioriza la asignación de recursos a los procesos de mayor riesgo.

La auditoría tradicional sigue una lista de verificación donde solo se marca una casilla para señalar el cumplimiento de un requisito, la existencia de un documento de acuerdo con la solicitud del estándar o la conformidad con un proceso que satisface las expectativas del auditor.

Esta gran diferencia va mucho más allá de formalismos o de estructuras. Algunos resultados relevantes son los siguientes:

1. Enfoque en lo crítico

Al enfocar el análisis de riesgos y los recursos en los procesos o las áreas más vulnerables, la efectividad y la productividad por hora, por hombre o por recursos destinados alcanza niveles más que satisfactorios. La priorización mejora la eficiencia.

2. Anticipar o adelantarse a los riesgos

En las auditorías tradicionales, muchos riesgos pasan desapercibidos, lo que no significa que nunca se evidencien. Y cuando lo hacen, o cuando muestran alguna señal de existencia, los equipos de gestión de riesgos trabajan para eliminarlos o mitigarlos. En la auditoría basada en riesgos la gestión es proactiva, se abordan los riesgos antes de que se manifiesten.

3. Asignación eficiente de recursos

Enfocar los esfuerzos en procesos de alto riesgo implica que la mayor parte de los recursos consumidos por la auditoría se concentren en esas áreas. Las áreas de bajo riesgo consumirán pocos recursos. Es un concepto de coherencia y racionalidad que conduce a la eficiencia en el uso del dinero, del tiempo de las personas e incluso de los recursos tecnológicos asignados.

4. Mejora la eficiencia de los procesos

La auditoría basada en riesgos tiene capacidad para identificar y eliminar riesgos de alto impacto negativo. Esto hace que los procesos relevantes sean más eficientes y productivos.

5. Decisiones más informadas

La Alta Dirección y los directores de áreas y departamentos reciben información útil para tomar mejores decisiones, alineadas con los objetivos comerciales de la organización.

6. Promueve cultura de prevención

En general, es posible afirmar que la práctica de auditorías basadas en riesgos inculca el hábito de la prevención. Los empleados se anticipan y se preparan para minimizar o eliminar los riesgos antes de que aparezcan las primeras señales de alarma.

La siguiente tabla resume las diferencias relevantes entre auditoría tradicional y auditoría basada en riesgos:

Aspecto Auditoría tradicional Auditoría basada en riesgos
Enfoque diferencial Todos los procesos son iguales Los procesos de alto riesgo son prioritarios
Prevención y proactividad Enfoque reactivo. Los problemas se abordan cuando aparecen. Enfoque proactivo. Los riesgos se tratan antes de que se manifiesten.
Eficiencia en la asignación de recursos Los recursos se distribuyen por igual entre áreas que no tienen problemas y las que representan altos riesgos. Se priorizan los recursos para los procesos y las áreas con mayores problemas.
Proporcionalidad en el esfuerzo Todos los procesos y todas las áreas demandan el mismo esfuerzo. La mayor parte del tiempo se dedica a las áreas que pueden albergar más riesgos.
Alineación con los estándares Se alinea con el cumplimiento, pero no con la estrategia de la organización. Se alinea con los objetivos estratégicos, a la vez que alcanza la conformidad con los requisitos de las normas.
Uso de los resultados para tomar mejores decisiones Proporciona datos e informes extensos, sin detalle y profundidad. Entrega informes precisos sobre riesgos concretos, útiles para tomar decisiones.
Consumo de recursos Muestra un mayor consumo de recursos. Consume menos recursos en áreas de poco interés.
Construcción de resiliencia Poca preparación para afrontar desafíos. Promueve la participación y la preparación de las personas para resolver problemas inmediatos.
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¿Cuáles son los criterios esenciales en la auditoría basada en riesgos?

Los dos criterios esenciales en una auditoría basada en riesgo son la probabilidad de ocurrencia y la gravedad del impacto. Si los riesgos se ubican en una matriz de riesgos cualitativa, bastará con establecer los puntos de intersección para cada tipo de evento entre ambos criterios. Si la matriz es cuantitativa, se multiplicará el factor asignado a cada uno de los riesgos de acuerdo con la probabilidad y el impacto.

Pasos para implementar una auditoría basada en riesgos

Los expertos en gestión de riesgos encontrarán puntos de coincidencia entre el procedimiento de una auditoría basada en riesgos y una tradicional. Es necesario recordar que la diferencia esencial está en el enfoque y no en la estructura de la auditoría. Hecha esta aclaración, a grandes rasgos los pasos para realizar una auditoría basada en riesgos son:

  • Planificar el trabajo, prestando especial atención al contexto y a la identificación de los procesos de alto riesgo.
  • Realizar la evaluación de riesgos, utilizando matrices u otras herramientas de evaluación de riesgos generalmente aceptadas, pensando en los dos criterios de priorización: probabilidad e impacto.
  • Ejecutar la auditoría siguiendo el cronograma que prioriza los procesos y las áreas de alto riesgo creado en el primer paso.
  • Producir los informes, destinados a la Alta Dirección y a los directores de áreas, que tendrán que realizar ajustes en los procesos o implementar algún tipo de acción correctiva.
  • Diseñar e implementar las acciones correctivas, priorizando las destinadas a solucionar problemas en áreas de alto riesgo.

Una vez implementadas las acciones correctivas, se monitorea y supervisa la evolución. De ser necesario, se implementan nuevas acciones. Todo se documenta y se convierte en la base para iniciar un nuevo ciclo que concluirá con una nueva auditoría.

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