Elaborar un plan de gestión de riesgos es la forma acertada de asumir un enfoque proactivo en la administración de riesgos que evite la eventualidad de afrontar consecuencias no deseables para la organización.

Ya sea debido al aumento de los costes, a las interrupciones del suministro o a algún otro problema específico de la industria, las organizaciones en general, en todo el mundo, están experimentando desafíos sin precedentes, donde la respuesta/reacción determinará su futuro durante la próxima década.

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Si hay un momento para ser más proactivos que nunca, es ahora. Muchas organizaciones avanzan reaccionando de una crisis a la siguiente sin desarrollar ningún tipo de plan de gestión de riesgos.

Adoptar un enfoque reactivo y no contar con un plan de gestión de riesgos o dejarlo en un segundo plano puede dar lugar a una serie de consecuencias que se describen a continuación.

Plan de gestión de riesgos – 8 graves consecuencias de no contar con uno

Para los directivos o profesionales encargados de la gestión de riesgos en una organización que asumen un enfoque reactivo, antes que preventivo, examinamos a continuación las consecuencias más comunes de no diseñar e implementar un plan de gestión de riesgos eficaz y proactivo:

1. Pérdida de credibilidad y deterioro de la imagen de marca

Las organizaciones que se anticipan a la ocurrencia de eventos que pueden menoscabar su capacidad de operación, se presentan ante sus empleados, sus clientes, sus inversores, sus socios y su comunidad, como empresas confiables y respetables en las que se puede creer.

Esto se hace evidente aún cuando un riesgo las impacta. Si sus partes interesadas perciben que hicieron un buen trabajo para mitigar el impacto, saldrán bien libradas e, incluso, fortalecidas.

2. Demandas y litigios judiciales

Las demandas de empleados, competidores, clientes o, incluso, las acciones que tomen organismos reguladores, como consecuencia del incumplimiento de una norma, erosionarán las finanzas de la organización. Pero también pueden conducir a la parálisis de la producción como resultado de la revocación de licencias o permisos. Uno de los objetivos de un plan de gestión de riesgos es disminuir la probabilidad de incumplimiento y, por ende, de litigios y demandas judiciales.

3. Alta rotación de empleados

La rotación de empleados es por sí sola un riesgo. Riesgo de incurrir en mayores costes de capacitación, de tener siempre empleados que no cuentan con la suficiente experiencia, fugas de conocimiento e información, adopción de comportamientos laborales y sociales no deseados, corrupción, incumplimiento de políticas, accidentes, lesiones…

4. Falta de transparencia

La transparencia en una organización genera confianza, siendo un elemento clave de una cultura empresarial comprometida. Cuando una organización asume un enfoque proactivo de su gestión de riesgos, envía un mensaje a sus empleados, a sus clientes y a sus proveedores, entre otras partes interesadas, de que sabe que existen riesgos, pero hace lo posible para eliminarlos o mitigarlos, aunque estos no se hayan evidenciado aún.

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5. Problemas de crecimiento

Inversores y entidades financieras están poniendo cada vez más el foco en la solidez de los procesos de gestión de riesgos de las organizaciones. No contar con los procesos de gobierno, riesgo y cumplimiento adecuados puede dificultar y encarecer la obtención de financiación, que a su vez puede derivar en retrasos para realizar inversiones necesarias y pérdida de competitividad.

Pero la anterior no es la única consecuencia de no contar con un plan de gestión de riesgos proactivo. Las interrupciones en la cadena de suministro de los últimos años son otro ejemplo. Las organizaciones que no se adelantan a las posibles rupturas de stock obteniendo materiales e insumos de diversas fuentes, se pueden ver obligadas a retrasar la entrega de pedidos o a tener que pagar cantidades desmesuradas para poder mantener la actividad. Escenarios en los que se verán afectados los resultados de la organización.

6. Robo, corrupción, soborno

Las organizaciones que no asumen con responsabilidad una gestión de riesgos eficaz y proactiva envían un mensaje claro a sus empleados y contratistas: en esta organización todo se toma de forma relajada y tranquila.

Esto incita a algunos empleados a ignorar las políticas, olvidar los escrúpulos y asumir conductas censurables como aquellas relacionadas con la corrupción, el soborno, el uso indebido de los activos de la organización e incluso el hurto.

7. Perder oportunidades

Los profesionales idóneos y experimentados en el área de gestión de riesgos saben que el trabajo bien hecho, además de prevenir el impacto negativo de ciertos eventos, sirve para descubrir oportunidades.

Saber cuando se está frente a una oportunidad, y definir el nivel de riesgo que se puede tolerar para tomar esa oportunidad, son ventajas que se obtienen con un plan de gestión de riesgos proactivo, eficaz y diseñado por profesionales altamente capacitados.

8. Ser proclives al fracaso

Aunque suene un tanto catastrófico, es claro que transitar por el mundo corporativo moderno, con las características que enunciamos al inicio, implica la probabilidad de tropezar de un momento a otro con una amenaza que lleve al fracaso el proyecto.

Clientes insatisfechos, sanciones financieras y pérdida de la credibilidad son consecuencias que tienen la capacidad de destruir un proyecto corporativo, que se ha construido durante años, en muy pocos días.

La gestión de riesgos moderna requiere un enfoque proactivo, holístico, que incluya una sólida cultura corporativa en todos los niveles. Dos componentes serán necesarios para alcanzar el éxito: la implementación de procesos eficientes de transformación digital, como la automatización de tareas y la digitalización de sistemas de gestión, es el primero de ellos.

El segundo tiene que ver con la formación y la capacitación en el área específica de gestión de riesgos.

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El Diplomado en Risk Manager es el programa que reúne la experiencia y el conocimiento acumulado por la Escuela Europea de Excelencia en este campo específico, de la mano de docentes reconocidos a nivel continental y de América Latina.

Este programa de excelencia, además de aportar los conocimientos y las competencias que requiere un profesional moderno para afrontar los riesgos que en la actualidad implica el mundo corporativo, permite al alumnado entrar en contacto con docentes y estudiantes de diferentes nacionalidades.

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