Creatividad e innovación

Hoy día ser una organización creativa e innovadora aporta muchos beneficios que se traducen en imagen, clientes, satisfacción…

Pero, ¿qué características definen a una empresa creativa? es mi empresa creativa? De eso nos vamos a ocupar en estas líneas, de identificar las características de empresas que permanecen conectadas a las últimas novedades gracias a la extensa red virtual, la implicación de los clientes y su aportación para la mejora de los servicios.

Las expectativas de las personas que están informadas y conectadas han cambiado con los años. Hoy en día, ya sean clientes o empleados, participan en las redes y comparten sus vivencias de uso de bienes y servicios para mantenerse en contacto con las organizaciones y hacerse oír. No obstante, pese a todos estos intentos de mantener una comunicación fluida, muchas entidades están enclaustradas en un esquema propio evitando que los clientes participen en la mejora de sus productos y servicios.

La tecnología ofrece a los innovadores cada vez más herramientas para diseñar, innovar y proveer productos y servicios, sin embargo, la actitud de estas empresas de mantener su encierro provoca la frustración de los clientes y, por consiguiente, la reducción considerable de los niveles de satisfacción y el estancamiento en muchas industrias. La experiencia del cliente es algo clave y fundamental para la creación de valor, la estrategia, la innovación y el liderazgo ejecutivo.

Estos cambios pluralizados que se desarrollan en las empresas y la sociedad implican de la denominada co-creación, es decir, de la praxis de efectuar sistemas, productos o servicios a través de la colaboración con trabajadores, clientes, alta dirección y otras partes interesadas.

Los clientes buscan total libertad de expresión y acción a la hora de interactuar con las entidades para ofrecer distintas visiones de valor mediante las experiencias. Autores como Venkat Ramaswamy y Francis Gouillart descubrieron a lo largo de numerosas vivencias que algunas empresas habían avanzado aún más gracias al uso de técnicas como el “crowdsourcing” (participación de un extenso grupo de personas, además de los propios empleados y proveedores de una empresa, en las tareas de una organización), la colaboración colectiva y la libre innovación.

Igualmente, había otras organizaciones que habían desarrollado nuevas formas de interacción con sus trabajadores alcanzando niveles insospechados de actuación a través de la co-creación. De esta forma, los directivos aprendieron a abandonar ese concepto o mentalidad tradicional vinculada a los productos y servicios para adoptar otra muy diferente, la mentalidad basada en la experiencia.

Destacamos que el éxito reside en hacer uso de las propias experiencias que viven los clientes para desarrollar ideas destinadas a mejorar los productos y servicios que se venden. El objetivo de las personas es involucrarse y comprometerse con la co-creación de valor a través de las experiencias.

En las empresas tradicionales y convencionales, los clientes en el proceso de creación de valor son individuos neutrales e impasibles que se relacionan en base a unos puntos de contacto ya establecidos y predeterminados por la corporación ejecutiva. En esta línea, los individuos no toman ninguna decisión sino que se limitan a aceptar los productos o servicios creados sin vinculación alguna con la organización. Su decisión se reduce a la de comprar o no comprar.

El otro lado de la balanza se centra en la empresa co-creativa que se traduce en una total democratización de la creación de valor que provocará la interacción de los clientes con la empresa para la gestión de la creatividad. En este caso, los clientes son individuos expresivos, activos y comprometidos en la creación del diseño del valor a través de sus experiencias lo que deriva en una remodelación de la innovación y el desarrollo de la estrategia.

Además, la organización co-creativa es un magnífico mecanismo de productividad que busca la calidad aumentando la participación del empleado en cooperación con los clientes que son los últimos usuarios del producto y quienes deciden y definen, finalmente, su valor y eficiencia. Pero, sobre todo, una organización co-creativa es una maquinaria de progreso e innovación que enriquece el capital estratégico y aumenta las oportunidades en el sector.

[Tweet “La co-creación aumenta la productividad gracias a la participación de empleados y clientes”]

Para conocer mejor y visualizar una empresa co-creativa, consideraremos el caso de la empresa Nike.

Con la puesta en el mercado del iPod de Apple, Nike constató la vinculación que se estaba produciendo en el mundo del deporte con la música. Los gerentes de la empresa deportiva consideraron la posibilidad de aunar esfuerzos y buscar una cohesión comercial con Apple de modo que ambas entidades progresaran y aumentaran la satisfacción de sus clientes.

Para apreciar más de cerca la co-creatividad de Nike, su Nike+ se ha convertido en uno de los productos estrella de los corredores o runners que utilizan este dispositivo para cargar los datos de su práctica, analizarlos y poder compartirlos con otros corredores.

Esta vinculación cliente-empresa ayuda a que los corredores puedan definir su propia experiencia deportiva mientras que para la empresa, su sistema le permite coger ideas de valor de mejora de las conversaciones enriquecedoras entre corredores y sus redes sociales. Todos estos encuentros propiciaron a Nike el desarrollo de ideas muy innovadoras para la gestión de la calidad. En otras palabras, un aprendizaje bidireccional que facilita el dialogo entre comunidad y organización.

Aquellas empresas que se consideran co-creativas buscan nuevas fuentes de crecimiento que las haga solventes en el futuro. Igualmente, generan procesos de eficiencia para reducir costes innecesarios que no les aportan nada.

Para Nike, sus clientes y consumidores son usuarios potenciales ya que mientras ellos disfrutan de sus experiencias diferenciadas y una mejora en el acceso al producto, la organización puede generar una nueva estrategia de su capital y mejorar sustancialmente su modelo de economía.

Nos preguntaremos, ¿qué hace Nike que no haga las demás organizaciones sino preocuparse de las exigencias de sus clientes? ¿Qué más puede aportar la co-creación?

Lo que hace Nike en todo su entramado de búsqueda de productos innovadores, es aprender detalladamente y de un modo continuado cuáles son las distintas opciones de “personalización” que son aceptadas por sus clientes y la razón para después conectar mejor con sus experiencias. De las experiencias aprenden.

Dos factores clave para que una empresa llegue a cumplir con el fin de la co-creación es utilizar dos enfoques y combinarlos entre sí. Estos son:

  • De afuera hacia dentro.
  • De adentro hacia fuera.

Tanto unos se alimenta de las opiniones externas como los otros conocen de cerca e interactúan sobre la toma de decisiones de la empresa. Se trata de una transformación total de la cultura y capacidades corporativas en el diseño, creación y ejecución del valor.

Si le interesa aplicar la creatividad e innovación en su empresa y conocer más aspectos interesantes siga atento a nuestro blog y a nuestra sesión de cursos.