ISO 9001 exige que la organización establezca objetivos de calidad medibles que resulten coherentes con la política de calidad. Estas demandas formales no deberían ser difíciles de cumplir, ya que casi todo el mundo sabe lo que es un objetivo y qué significa que este sea medible.

Sin embargo, la expresión “objetivos de calidad medibles” puede resultar algo ambigua. Los objetivos de calidad son la clave para el proceso de mejora continua en una organización y, en consecuencia, el camino para medir si los objetivos principales del sistema se están alcanzando.