Liderazgo

Las organizaciones trabajan para satisfacer las necesidades del público, público que puede pasar a convertirse en clientes de la propia empresa, y con el paso del tiempo esta relación se puede consolidad y fidelizar.

Un producto o servicio de una organización tiene una finalidad clara, su venta al cliente. Sin clientes, no hay ventas, y sin ventas la organización dejaría de existir.

Estos motivos acrecientan la importancia de conocer perfectamente a nuestros clientes, lo que se consigue mediante una investigación profunda de mercado que conduzca a conocerles en profundidad y definir nuestras estrategias comerciales.

Por tanto, un primer paso es definir a qué tipo de cliente va dirigido nuestro producto o servicio.

He aquí la importancia de la primera lección del Liderazgo: concéntrate.

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En 1977, Steve Jobs regresaba a Apple y observó que la compañía estaba trabajando en producir una gran variedad de ordenadores y componentes periféricos entre los que se podían encontrar hasta una docena de versiones diferentes de Macintosh.

Jobs se dedicó durante unas semanas a revisar todos los productos que estaban en producción y tomó una decisión que dio un giro completo a lo que Apple estaba haciendo hasta aquel entonces.

En ese momento Jobs reunió al equipo de trabajo y les ilustró en una pizarra una tabla con dos filas y dos columnas, en las que había escrito las palabras “Escritorio” y “Portátil” y “Consumidor” y “Profesional”, respectivamente.

El equipo recibió un mensaje claro, su trabajo debía centrarse en cuatro productos que llegaran a la excelencia, uno para cada cuadrante de la tabla que ilustraba la pizarra. Por tanto la fabricación del resto de aparatos debía suspenderse.

Este hecho marcó la historia de Apple, se consiguió que la compañía se centrara únicamente en la fabricación de cuatro modelos de ordenadores.

Con una frase Steve Jobs llevó a la compañía al éxito, esta frase se ha transmitido a lo largo del tiempo: “Decidir lo que no hay que hacer es tan importante como decidir lo que hay que hacer”.

Este pensamiento, aunque en el ejemplo de Apple se hable de productos, se puede aplicar tanto a productos como a servicios.

Sin ir más lejos Larry Page, uno de los creadores de Google, recibió esta lección de liderazgo. Jobs, en un encuentro que tuvo con él, le dio algunos consejos relevantes para su carrera, aunque sus empresas estuvieran enfrentadas, resaltando por encima de todo la concentración. Le invitó a pensar como quería que fuese Google cuando creciera, y esto le ayudó a Page a conseguir lo que ahora vemos.

El creador de Google aceptó estas lecciones y buscó los cinco productos en los que focalizar su atención, deshaciéndose a la vez de todo aquello que lo estaba lastrando. Concretamente en enero de 2012 les dijo a sus empleados que se centraran en proyectos prioritarios, como fueron Android y Google+, y lo convirtieran en algo excelente.

Si somos capaces de extrapolar esta experiencia a nuestros negocios, probablemente mejoren nuestros éxitos.

[Tweet “Organízate, concétrate y quédate con lo imprescindible”]

Volviendo al principio del post, si nos concentramos en lo que no debemos hacer y en lo que debemos hacer, nuestro cliente objetivo será más específico y las ventas percibirán un aumento notable.

La organización no solo no dejará de existir, sino que se consolidará aún más en el sector en que opera.

Esta lección de liderazgo nos indica que nos concentremos tanto en el perfil del cliente como en el perfil de producto o servicio. Steve Jobs en su pizarra dibujó una tabla en la que incluía como clientes al “Consumidor” y “Profesional” y como productos el “Escritorio” y “Portátil”.

Así la producción de nuestra organización se centrará en lo que verdaderamente es necesario, en este caso solo con 4 productos Apple alcanzó el éxito.

En nuestra organización puede que estemos ofreciendo una gran variedad de productos o servicios y por ello tengamos clientes muy dispares. Esto significa, según la lección de liderazgo que ocupa nuestra atención, que estamos llegando superficialmente a un elevado número de personas pero que cuando quieran ir más allá tendrán que acudir a otra compañía porque nosotros no seremos capaces de satisfacer sus necesidades.

La no concentración en lo que verdaderamente es importante puede afectar a la perfección del producto o servicio. Si nos concentramos solo en determinados productos o servicios, nuestro trabajo irá aportando cada vez nuevas mejoras porque todo nuestro esfuerzo va dirigido hacia ellos.

Por el contrario si tenemos que diversificar nuestros esfuerzos conseguiremos resultados mediocres, resultados que no nos van a diferenciar de la competencia, pero nunca lograremos resultados excelentes.

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Para conseguir una efectiva concentración primero haz una selección de lo que consideras importante, sin tener en cuenta lo que no lo es, prioriza estos elementos y termina filtrando lo que no es relevante para el propósito de tu organización.

Incorpore estas lecciones de liderazgo en el quehacer de su organización, empiece por la concentración y comparta su experiencia, quizás sea usted el siguiente Steve Jobs que dará lecciones a las generaciones venideras.