Liderazgo

Ser un buen líder se puede comparar a invertir con éxito en la bolsa de valores. Si espera obtener una fortuna en un día, no tendrá mucho éxito. Lo que más importa es lo que hacemos día a día, a lo largo de toda nuestra vida, como podemos ver en la siguiente cita: “El secreto de nuestro buen éxito se encuentra en nuestro orden del día”. Si tiene paciencia e invierte esfuerzos continuamente a lo largo de su liderazgo permitirá que sus bienes incrementen, y como resultado obtendrá un crecimiento paulatino.

Todas las personas nacemos con unos dones distintos a los del resto, tanto así que hay personas que poseen características de líderes desde que tienen uso de razón y cuentan con una gran capacidad para dirigir a un grupo de personas, un proyecto… También es cierto que esta capacidad es una combinación de destrezas, que en su mayor parte pueden ser aprendidas y mejoradas.

Un buen líder tiene que tener una serie de particularidades como pueden ser: respeto, experiencia, fuerza emocional, destreza en las relaciones con otras personas, disciplina, visión, impulso, encontrase en el momento oportuno, etc. Una gran parte de los factores que entran en juego en el liderazgo son intangibles. Este es el principal motivo que los buenos líderes deben tener presente para ser eficaces.

Liderazgo y crecimiento

Se realizó un estudio a noventa líderes de diferentes campos y se describió que existía una enorme relación entre el crecimiento y el liderazgo, ya que los líderes exitosos son aprendices. Y el proceso de aprendizaje es continuo, es decir, el resultado de una buena autodisciplina y la perseverancia. La meta de cada día tiene que ser mejorar un poco, es decir, edificar sobre el progreso del día anterior.

Para mejorar y crecer en nuestro aprendizaje de liderazgo debemos seguir 4 etapas:

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  • Fase 1. Desconocimiento

La mayor parte de las personas no conocen el valor que tiene el liderazgo. Opinan que el liderazgo es sólo para algunas personas, normalmente a las personas que se encuentran en niveles más elevados de las compañías. No saben las oportunidades que están desaprovechando, no aprendiendo a dirigir. Las personas opinan de sí mismas que no tienen capacidad para liderar a nadie, pero lo que no saben es que involuntariamente cada persona trata de influir por lo menos en cuatro personas, si supieran esto les despertaría el deseo de seguir aprendiendo.

  • Fase 2. El comienzo

En algún momento de nuestra vida estaremos en una posición de liderazgo, y miraremos a nuestro alrededor y descubriremos que nadie nos está siguiendo. Es entonces cuando empezamos a tener más claro que debemos aprender a dirigir. Y, como es natural, comenzaremos a darnos cuenta de que ese es el comienzo.

  • Fase 3. El proceso

Cuando conoces tu falta de destreza y comienzas a realizar una disciplina diaria que te ayude a crecer en el mundo del liderazgo, comienzan a suceder cosas muy emocionantes.

El proceso de aprendizaje del liderazgo no es rápido ni mucho menos, se necesitan años de estudio, observaciones, escuchar charlas en seminarios, etc. en definitiva aprender de otras personas hasta que tu estés capacitado para empezar a enseñar a otras sobre liderazgo. A una persona normal que tenga ganas de aprender le puede llevar unos 20 años y después de estos años de aprendizaje puede ser que estés preparado.

Esto es la ley del proceso caminar día a día mejorando durante toda tu vida.

  • Fase 4. Rescompensa

Una vez se encuentra en la fase 3 ya puede ser un gran líder, pero tiene que pensar muy bien cada acción que debe llevar a cabo. Sin embargo, cuando se halla en la fase 4, su capacidad de dirigir es casi automática. Y es en ese momento cuando la recompensa es mucho más grande. Aunque la única forma de llagar a este lugar es obedecer fielmente la ley de proceso y pagar ese precio.

[Tweet “El liderazgo se mejora cada día no es una característica estática”]

Aprender para dirigir y ejercer de líder

Lógicamente el liderazgo se desarrolla diariamente, no en un solo día, ya hemos hablado que para formar a un líder se necesita tiempo. Esta es una realidad dictada por la Ley del Proceso. Si una persona hace las cosas de forma disciplinada y consecuente se prepara, independientemente de cuál sea su meta. Un ejemplo es la leyenda del baloncesto, Larry Bird, que llegó a ser un gran jugador de baloncesto porque entrenaba al día lanzando 500 tiros libres antes de ir a la escuela. Solo se necesita dedicación para llegar a ser un buen líder.

La buena noticia es que la capacidad de liderazgo no es estática. No importa cuando se comienza, tú puedes mejorar siempre que te lo propongas. Esto último supone una gran ventaja.

No hay éxito sin trabajo

Para ver como alguien se forja como un campeón, se debe ver la rutina que realiza diariamente. El boxeo es un gran ejemplo de liderazgo, ya que consiste en una preparación diaria. Aunque la persona tenga talento innato, tiene que entrenar y prepararse para tener buen éxito. Un talento que no se trabaja no se cultiva, y por tanto no camina en la dirección correcta.

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Si quieres llegar a ser un buen líder sigue estos consejos, no dejes de trabajar no de aprender, y sobre todo cuida tu talento y tus capacidades.

Para seguir aprendiendo cómo llegar a ser un gran líder siga nuestro blog y visite nuestra sección de cursos.