Liderazgo
En un nuevo post sobre lecciones de Liderago, esta vez, hablamos de lo que el creador de Apple, Steve Jobs, denomina “Fomenta el cara a cara”. Estos consejos son las claves que conviertieron a Jobs en uno de los empresarios más exitosos del mundo.
A pesar de haber ejercido la profesión de informático y conocer de primera mano el aislamiento que éste conlleva a la hora de trabajar en algún proyecto de envergadura, Jobs defendía incondicionalmente las reuniones del cara a cara, es decir promovía el liderazgo cara a cara. Estos encuentros eran para él una fuente enriquecedora, laboralmente hablando, en el que las personas debían huir de textos y diapositivas previamente memorizadas para mostrar todo su potencial y exponer propuestas y mejoras para la empresa.
En sus propias palabras le comentó a uno de sus trabajadores que “en esta era interconectada existe la tentación de creer que las ideas pueden desarrollarse a través de mensajes de correo electrónico y en el iChat” y expresó abiertamente que este hecho era una “locura” ya que “la creatividad surge en las reuniones espontáneas, en las discusiones imprevistas”. Para Jobs lo mejor era interactuar con las personas, encontrarse en los pasillos con los compañeros e intercambiar impresiones.
De una simple pregunta de ¿qué estas haciendo?, Jobs plantea una admiración de ¡uau! y de pronto “te encuentras cavilando todo tipo de ideas”. Era su estrategia.
Tras todo este planteamiento, Jobs dispuso el diseño del edificio de Pixar de manera que favoreciera las colaboraciones y los encuentros casuales. Para él, si un edificio no favorece este tipo de cosas, podemos perdernos gran parte de la innovación y el encanto que surgen de este tipo de encuentros inesperados e imprevistos.
Por esta razón, diseñó junto a su equipo de trabajo el edificio de esta compañía estadounidense de animación -con sede en Emeryville, California- para que los trabajadores salieran de sus despachos y se inter-relacionaran con los demás compañeros en el “atrio” o zona común. De otra forma, no se encontrarían en mucho tiempo.
Lo curioso de esta construcción es que las puertas de entrada, las escaleras y pasillos conducían al atrio; la cafetería y los buzones de las cartas estaban allí ; las salas de conferencias disponían de ventanas que daban a aquel espacio, y el cine con seiscientas localidades y las dos salas más pequeñas de proyección también estaban encaminadas hacia él.
Según recordaba Lasseter, “La estrategia de Steve funcionó desde el primer día. No hacía más que encontrarme con gente a la que hacía meses que no veía. Nunca he visto un edificio que promoviera la colaboración y la creatividad con tanta eficacia como ese”.
Reuniones y presentaciones
Jobs aborrecía las presentaciones formales mientras que, por otra parte, le gustaban las reuniones informales cara a cara.
Todas las semanas reunía a su equipo ejecutivo para debatir ideas sin un orden del día preestablecido y se juntaba todas las tardes de los miércoles realizando lo mismo con su equipo de marketing y publicidad. Las presentaciones de diapositivas quedaron prohibidas.
“Detesto que la gente recurra a las diapositivas en lugar de pensar”, recordaba Jobs. Y continuaba relatando que “la gente hacía frente a los problemas realizando una diapositiva”, que no servía de nada, porque lo que realmente quería era que la gente se comprometiera, que discutieran los temas “sentados en una mesa” en lugar de mostrar un conjunto de transparencias.
En definitiva, la gente que sabe de lo que está hablando no necesita de otros recursos como Power Point u otros programas para basarse en ellos como una herramienta de apoyo. Todo lo contrario. Este líder promovía el pensar y debatir sobre un tema sin nada más que la palabra.
Esta práctica de reuniones informales, fomentando el cara a cara, es la que muchas empresas vienen trabajando durante todos estos años con el fin de alcanzar sus objetivos.
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Propuestas de contacto personal
La experiencia de muchas organizaciones han dado como resultado que el contacto personal funciona mucho mejor que un encuentro via e-mail o por teléfono. Las investigaciones sobre esta práctica así lo respaldan. Mientras más personal sea el contacto, mayor posibilidad de que todo sea un éxito. Hablamos de proyectos, encuentros o propuestas. Una reunión frente a frente tiene más probabilidad de surtir efectos muy positivos y salir de la misma con propuestas e ideas que conlleven un resultado más que satisfactorio. Igualmente si hablamos de que una llamada telefónica puede ser más productiva que una carta. El teléfono y el correo electrónico no pueden competir con la comunicación cara a cara.
En el mundo empresarial, la comunicación de frente a la otra persona juega un papel destacable. La comunicación no verbal también es un factor primordial a la hora de mostrar aptitudes como credibilidad o seguridad.
Este es uno de los motivos por los cuales cada vez más empresas están incluyendo en sus estrategias sistemas de videoconferencia. En un mundo que tiende a la individualidad, cada vez hay más entidades u organizaciones que adoptan este tipo de herramientas con el fin de mejorar la comunicación entre sus colaboradores.
El aumento de la comunicación cara a cara con los empleados mediante el uso de herramientas como la videoconferencia, a nivel interno, acrecienta la participación, la sensación de posesión y el rendimiento. A nivel externo, mejora el vínculo con clientes y proveedores y aumenta la fidelización. En ambos entornos, los rendimientos económicos derivados de la optimización del tiempo y del ahorro en gastos de viajes son más que decisivos.
En su caso, ¿qué opina de los encuentros y reuniones cara a cara? ¿Cree que fomentar esta práctica ayudará a la empresa?
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Jobs lo tenía claro, las reuniones espontáneas y las discusiones imprevisibles son los mejores brainstorming para que una organización avance, progrese, mejore y se posicione mejor que las de su competencia. Los trabajadores, en este sentido, buscarán la creatividad y la espontaneidad a la hora de exponer sus ideas y obtendrán de estos encuentros respuestas más que interrogantes.