Auditor interno

Todo el proceso de auditoría queda, finalmente, se orienta a la obtención de una serie de conclusiones que reflejan los resultados obtenidos.

La elaboración de estas conclusiones supone que previamente se realice una puesta en común de que precederá a la reunión de cierre de la auditoría. Esta fase, en la que se comparten los puntos de vista de los diferentes auditores, se enfoca a que se revisen todos los hallazgos e información recopilada que sea acorde con los objetivos de la auditoría interna, a la vez que se van acordando cuáles son las conclusiones obtenidas por el equipo auditor.

Tras compartir y combinar todas las percepciones, el equipo está listo para presentar los hallazgos y conclusiones de la auditoría. Esta información se presenta al auditado con el objetivo de que comprenda todas las apreciaciones hechas y que pueda actuar en consecuencia, poniendo en marcha un plan de acciones correctivas y/o preventivas que sea adecuado para afrontar los hallazgos de la auditoría.

La reunión de cierre de las auditorías no tiene por qué ser una reunión formal o de gran entidad para todas las organizaciones. Por ejemplo, cuando se trata de la realizada para auditorías internas en empresas de pequeño tamaño, más que una reunión, se hace una comunicación entre las partes intervinientes, con lo que queden claros todos los aspectos resultantes de la auditoría.

Esta reunión es el momento de discutir los hallazgos de la auditoría y que, como resultado, se discutan y se lleguen a resolver todas las discrepancias que surjan al respecto.

Una vez celebrada esta reunión de cierre y aclarados entre auditor y auditado los resultados obtenidos, el líder del equipo auditor se ha de encargar de preparar y establecer los contenidos del informe de auditoría.

Los contenidos que no pueden faltar en un informe de auditoría son:

  • Los objetivos de la auditoría.
  • El alcance (temporal, funcional, organizativo).
  • Quién es el cliente y quienes forman parte del equipo auditor.
  • Cuándo y dónde tuvieron lugar las actividades de auditoría, tales como visitas o entrevistas.
  • Los criterios de auditoría empleados.
  • Los hallazgos y conclusiones obtenidas.

Dependiendo del criterio del auditor, también puede ser interesante incluir la valoración del cumplimiento de los objetivos de auditoría o recopilar las opiniones divergentes para las que no se ha llegado a acuerdo.

Finalmente, el informe obtenido se ha de distribuir entre las personas designadas por el cliente de auditoría dentro del período establecido.